Imagen de Carlo Acutis

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Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde
trabajaban sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, ambos italianos.
Meses después de su nacimiento, sus padres decidieron regresar a Italia y
establecerse con él en Milán.
Desde muy pequeño, Carlo evidenciaba un cariño especial por Dios y una
sensibilidad singular para conocer la fe, a pesar de que sus padres no eran
particularmente devotos en ese entonces. Ese amor por el Señor no pararía
de crecer y se fortalecería en su adolescencia, cuando a Carlo le
diagnosticaron leucemia. En ese momento, lejos de desesperar, Carlo
manifestó su voluntad de ofrecer sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la
Iglesia”. Ese deseo, que revelaba una profunda madurez espiritual a sus
cortos 15 años, era expresión de un corazón que había ido tomando la forma
del Corazón de Cristo desde su primera infancia.
Son abundantes los testimonios sobre la alegría de Carlo, su fortaleza, su
preocupación por el bien de los que le rodeaban, su sensibilidad y empatía
con sus compañeros de colegio -especialmente si eran maltratados- o con
los pobres, a quienes asistió en numerosas ocasiones, solo o junto a sus
amigos. A muchos les llamaba la atención la naturalidad con la que Carlo se
acercaba a todo aquel que estuviese sufriendo; y es que él quería
asegurarse siempre de que Dios estuviese en sus vidas y los alivie material y
espiritualmente.
A Carlo lo han llamado “ciberapóstol de la Eucaristía”, “apóstol de los
millennials” y, recientemente, “apóstol de la Internet”, y hay razones para
ello. Carlo fue un promotor de los milagros eucarísticos en el ciberespacio.
Diseñó un sitio web con ese fin. Allí escribió cosas tan hermosas como esta:
“mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más
seremos como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”. Sin
duda, palabras que revelan la sana comprensión que tenía de las nuevas
tecnologías y su utilidad en la evangelización. Se dice también que gustaba
de los videojuegos y que incluso tuvo una consola PlayStation 2, la que por
decisión propia usaba solo los domingos por una hora.
Todo santo es hijo de su tiempo pero, al mismo tiempo, es alguien que
cuestiona las condiciones propias de su tiempo. Lo que pueda decirse de
Carlo Acutis solo puede entenderse así. Vivió como un chico común de
finales del siglo XX -paseaba, jugaba, estudiaba, ayudaba en casa, se
divertía con amigos y familiares- pero se centró en lo eterno, la parte mejor,
sin dejarse llevar por la corriente. Tuvo un trato frecuente con la Eucaristía -
en la oración frente al Santísimo Sacramento y en la comunión frecuente- y
una hermosa relación con la Virgen María. Carlo iba a misa varias veces por
semana y amaba rezar el Rosario todos los días. Fue un joven forjado en la
oración que no se perdió en el “bullicio” del mundo de hoy. Constantemente
repetía: “La Eucaristía es mi autopista al Cielo”.
Carlo murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue
sepultado en Asís, por pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San
Francisco. Su causa de beatificación se abrió en 2013. Fue declarado
“Venerable” en 2018 y desde el pasado 10 de octubre de 2020 se le cuenta
entre los beatos.

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